Que maravilla hacer tus propios bollos en casa! Con la panificadora la complicación es mínima. Os animo a elaborarlos. Son más fáciles de lo que parece, y el resultado, tiernos y riquísimos. Para la elaboración de estos bollos me he guiado por la receta de patissier, aunque he realizado algunos cambios el resultado ha sido extraordinario.
Juzgar vosotros mismos!
INGREDIENTES
-1/2 kg. harina de fuerza
-75 g. de mantequilla o margarina
-75 g. de azúcar
-dos huevos, dejar un poco batido para pintar los bollos
-25g. de levadura fresca, un cubito.
-un vaso no lleno de leche, 200ml.
-un chorrito de aceite de oliva
-una pizca de sal
PREPARACIÓN
Con estas cantidades me han salido 16 bollos. La masa la he preparado en la panificadora pero bien se pueden amasar a mano, es solo que tardaremos un poco más pero también resulta muy gratificante el contacto de las manos con la masa.
Poner un huevo, el azúcar, la margarina o mantequilla, da igual, pero me gusta la consistencia que le da la margarina y el pellizco de sal a amasar. Cuando esté bien mezclado añadir la harina poco a poco hasta su totalidad. La masa estará muy dura, entonces ponemos la levadura en la leche (que habremos calentado un poquito en el micro pero no mucho) y la disolvemos bien con una cucharilla. Tendremos cuidado de que la leche no esté muy caliente, solo templada o se morirá la levadura. Ahora la vamos poniendo en la masa según la vaya absorbiendo. Mi panificadora tiene un programa de amasado que dura una hora y media con el levado de la masa. Seleccionamos ese programa, el de solo amasado que dura una hora y media. Pasado este tiempo la masa ha triplicado su volumen pues ha realizado un levado. Si lo hacemos a mano, dejaremos la masa cuando esté muy bien mezclada en un bol tapado fuera de corrientes, por ejemplo, dentro del horno apagado y la tendremos entre una hora y media o dos dependiendo si es invierno o verano. Aquí tenemos la masa después del ciclo de una hora y media. La sacamos a la encimera con un chorrito de aceite en las manos y la amasamos un poco para sacarla el aire.
Hacemos unas bolas un poquito alargadas del tamaño de un huevo y las ponemos en la bandeja de horno con papel para horno para el segundo levado de la masa. Podemos dejar la masa dentro del horno apagado para que no tenga corrientes por espacio de una hora y media más o menos, o bien encender el horno pero no a más de 40 o 50º, a más de esa temperatura la levadura muere. Con esta última opción aceleramos el proceso de levado.
Una vez que hayan levado los bollos los sacamos, y ponemos abajo del todo del horno un cacharro de agua para que genere vapor y no se seque la masa. Es el momento de poner el horno a 200º para que se vaya calentando. Ahora le hacemos unos cortes con una tijera o un cúter
y pintamos con huevo batido. En un plato ponemos tres cucharadas soperas de azúcar y echamos unas gotas de agua. Movemos con los dedos y decoramos los bollos con este azúcar humedecido.
Una vez que hayan levado los bollos los sacamos, y ponemos abajo del todo del horno un cacharro de agua para que genere vapor y no se seque la masa. Es el momento de poner el horno a 200º para que se vaya calentando. Ahora le hacemos unos cortes con una tijera o un cúter
y pintamos con huevo batido. En un plato ponemos tres cucharadas soperas de azúcar y echamos unas gotas de agua. Movemos con los dedos y decoramos los bollos con este azúcar humedecido.
Cuando el horno esté bien caliente, metemos las bandejas y esperamos diez minutos hasta que estén doraditos.
Este es el resultado, unos exquisitos bollos para el desayuno o la merienda. Espero que os hayan gustado.