Madre mía que se me había quedado en el tintero esta preciosa tarta. Con la cosa de los calores y luego las vacaciones y la pausa del blog se quedó olvidada desde finales de junio.
Hace tiempo que quería preparar esta tarta para el cumpleaños de mis sobrinos, pues como cumplen tres en el mismo mes nos juntamos todos en el campo y los celebramos todos juntos, pasamos una tarde muy agradable. La primera vez la vi en el blog de "Kanela y Limón" que todos conocéis, pero iba cubierta con nata y yo la quería de chocolate para los chiquillos. Y mirando mirando por ahí me encontré la preciosa tarta damero de "La Juani de Ana Sevilla" a la que también todos conocéis. Como es costumbre en esta casa adapté la receta a mis gustos, que para eso son las ideas. Hice los bizcochos a mi manera y como a mi me gustan y me salió una tarta impresionante para más de una docena de personas y aún así sobró alguna ración. Entre capa y capa en vez de chocolate que ya me parecía bastante le puse mermelada casera de fresas para que le diera algo de jugosidad pues el exceso de chocolate da luego mucha sed. Espero que os guste mi versión.
Se trata de dos bizcochos, uno normal y otro de chocolate los cuales se abren en dos y a cada mitad se les hace dos círculos concéntricos y luego intercambiarlos alternando el color. Luego se ponen uno encima de otro y se baña con ganaché de chocolate. Al cortar la ración sale a cuadros, por eso tenemos que procurar que los círculos salgan lo más igualados posible. Vamos a ver como se hace paso a paso.
*Para un molde de 24cm
*Utilicé una tapa de un taper de vidrio con tapa y una tapa de colacao y dió la medida perfecta con este molde.
*Queda una tarta familiar para muchos comensales.
*Con tres capas ya queda bastante alta, si quieres poner las cuatro capas quedará aún más alta pero a mi me parece demasiado.
*Con la capa que sobraba preparé una minitarta borracha de whisky para mi hermano que cumplía 50 años.
INGREDIENTES
-cuatro huevos
-75g de aceite de oliva
-160g de leche
-180g de azúcar
-300g de harina
-un sobre de levadura química
-una pizca de sal
PARA EL BIZCOCHO DE CACAO
los mismos ingredientes pero en vez de 300g de harina, 250 más 50g de colacao
PARA EL GANACHÉ DE COCHOLATE
Mezclar en un cazo al fuego suave 200g de chocolate fondan con un brik de 200ml de nata líquida para montar y 20g de mantequilla.
PREPARACIÓN
Primero hacemos el normal, en un cuenco grande ponemos las yemas y el azúcar y batimos bien. Ahora ponemos la leche y el aceite y batimos de nuevo. Ahora la harina tamizada junto con la levadura y batimos de nuevo hasta que esté bien integrado.
En otro cuenco batimos las claras a punto de nieve con una pizca de sal hasta que estén bien firmes. Las incorporamos a la mezcla y las mezclamos con una varilla de mano para que no se bajen.
Engrasamos un molde desmontable de 24cm y vertemos la mezcla. Horneamos a 160º con función ventilador hasta que al pincharlo con una brocheta o cuchillo afilado salga limpio, unos cuarenta minutos.
Lo sacamos y lo desmoldamos con cuidado en caliente (necesitamos el molde inmediatamente) sobre una rejilla poniéndolo boca abajo para que se aplaste un poco el copete que haya salido.
Hacemos el mismo proceso con el de cacao incorporando el cacao antes de la harina y moviendo bien para que se integre en la mezcla.
Lo horneamos igual y luego lo desmoldamos cuando esté templado poniéndolo también boca abajo para que baje el copete. Bien, aquí tenemos los dos ya fríos, observamos que están más planitos, para luego abrirlos y hacer las capas. Ya tenemos la primera parte. Esto se puede hacer el día de antes y así tener trabajo adelantado.
Cuando se hayan enfriado abrimos los bizcochos en dos con una lira o cuchillo muy afilado. Mirar que miga más jugosa y esponjosa. Aquí tenemos las cuatro capas.
Ahora tenemos que buscar dos círculos, uno más grande y otro más pequeño procurando que queden los discos de la misma medida dentro de lo posible para que luego los cuadrados queden de la misma medida o aproximada. Yo utilicé una tapa de un taper de estos de cristal y una tapa de colacao, lo medí y daba prácticamente justo los tres aros. Con un cuchillo bien afilado cortamos alrededor del círculo que habremos centrado bien. Primero el círculo grande y luego el pequeño. Esta operación la haremos con las cuatro mitades.
Ahora tenemos que intercambiar los círculos para que queden alternos normal cacao normal cacao y al revés. Los intercambiamos con mucho cuidado porque están muy tiernos y se pueden romper. Nos quedarán cuatro discos con colores alternos, así.
En el plato base de la tarta colocamos la primera capa de bizcocho. Cubrimos con una capa no muy gruesa de mermelada de fresa y tapamos con otra capa en la que los colores alternos estén al revés que la anterior.
Cubrimos de nuevo con mermelada y tapamos con otra capa en la que los colores estén de nuevo alternos al anterior. Yo he puesto tres capas porque ya quedaba alta. Ahora mi problema era pasarla al portatartas de plástico ya que era para llevar al campo así que decidí pasarla así tal cual y bañarla con el ganaché sobre el soporte definitivo. Claro que en vez de en caliente tuve que dejarlo templar un poco para que espesara y poderlo aplicar con una espátula.
Ahora hacemos el ganaché mezclando en un cazo la nata, el chocolate y la mantequilla.
y lo dejamos enfriar un poco para cubrir la tarta con espátula porque no puede chorrear ya que la tarta está sobre el plato definitivo. Lo he hecho así porque al estar todos los aros sueltos quería manipularla lo menos posible pues es delicada, se puede romper en cualquier momento así que decidí decorarla en la base definitiva. Cuando el ganaché se haya enfriado un poco y se pueda casi untar con la espátula vamos cubriendo la tarta y estirando el ganaché primero por la parte de arriba y después por los laterales. Lo que haya goteado lo retiraremos con el dedo y lo limpiaremos bien después. Decoramos con granillo de almendra simulando los cuadrados de un tablero de ajedrez. Pondremos más granillo en los laterales. Así ha quedado, no es una maravilla? No me canso de mirarla.
Es una pasada de tarta, he sufrido y he disfrutado a la vez preparándola, pero aún he disfrutado más al cortarla y ver que había quedado perfecta y que tanto gustó a mi familia. También se podría llamar tarta sorpresa porque hasta que no la cortas no sabes si te ha quedado bien o no, es toda una sorpresa cortarla.