Esta es una receta del gran maestro panadero Peter Reinhart.. Hace menos de un año no le conocía pero al regalarme mi amiga María del pueblo su extraordinario libro por mi cumpleaños en febrero me empezó a interesar. Desde entonces he visto vídeos, he leído y releído su libro que me encanta y como siempre me lo llevo a la aldea cuando voy. Un día templado del mes de octubre cuando pasé allí unos días, hice estos deliciosos bollos de canela, suaves y tiernos que al mojarlos en la leche se absorbe toda quedando el vaso casi vacío. Es una receta excelente para llevar a cabo en invierno, el olor de la canela en la casa da sensación de confort y calidez.
*Con estas cantidades salieron doce piezas medianas
*La masa la amasé en la panificadora que es la que tengo en la aldea. Se puede amasar también en amasadora o a mano.
*La receta proviene del libro de Peter Reinhart "El aprendiz de panadero"
*He modificado algunas cantidades de la receta como es habitual en mi para darles mi toque personal.
INGREDIENTES
-80g de azúcar
-50g de mantequilla o margarina a temperatura ambiente
-un huevo grande o tamaño L
-una pizca de sal
-400g de harina de fuerza
-un sobre de levadura seca (5g)
-260ml de leche o suero de leche tibia (puede que sobre, dependiendo de la harina)
-100g de azúcar con una cucharadita tamaño moka de canela mezclado
PREPARACIÓN
En la cubeta de la panificadora ponemos el azúcar, la sal, la mantequilla y el huevo. Encima echamos la harina que lo cubra todo y por último la levadura. Seleccionamos el programa amasado. Dejamos que mezcle todo en duro y ponemos la mitad de la leche tibia. Iremos añadiendo leche hasta tener una masa ligeramente pegajosa pero que se despegue de las paredes, aunque se adhiera un poco al fondo. Según la harina utilizada puede absorber más o menos líquido, por eso la vamos añadiendo poco a poco. A mi me sobró un poco. Si poner la totalidad de la leche puede que después tengas que añadir algo de harina. Ahora cerramos la tapa y dejamos que haga el ciclo de amasado.
En mi panificadora dura una hora y media con un levado. Mientras, vamos preparando la encimera teniéndola libre y bien limpia y preparamos la mezcla de azúcar y canela. Reservamos. Cuando termine el ciclo de amasar, sacamos la masa para desgasificarla pues mirad como ha crecido, estaba levantando la tapa. Está llena de gases en su interior.
Desgasificamos la masa sobre la encimera enharinada y la estiramos bien con el rodillo haciendo un rectángulo.
Vertemos por encima la mezcla de azúcar y canela que teníamos reservada cubriendo bien toda la superficie.
La enrollamos bien pellizcando un poco la base para que no se separe al cortar los bollos, aunque al crecer a mi se me separaron un poco.
Preparamos papel de horno en dos bandejas de horno. Si solo tenemos una ponemos el otro papel de horno sobre la encimera. Ahora vamos cortando el rulo de masa en rodajas de un centímetro y medio o así y las vamos colocando sobre el papel de horno. No los pondremos muy juntos pues luego crecen y luego un poco más en el horno y se pueden juntar demasiado.
Tapamos con unos paños limpios de algodón y dejamos que doble su volumen una hora o así. cuando veamos que han doblado tu tamaño encendemos el horno a 180º con función aire. Si tu horno no tiene esta función pondremos calor arriba y abajo. Veis, se he han abierto al crecer.
Cuando alcance la temperatura metemos la bandeja en la rendija del medio. Dejamos cocer unos diez minutos. Los quitamos con una espátula y los ponemos a enfriar sobre la rejilla del horno o de una panera. Al hornearse, con el calor, se carameliza el azúcar de dentro saliendo a la superficie y dándole a los bollos un bonito color dorado en los pliegues.
Colocamos en la bandeja con cuidado el otro papel con los bollos restantes y metemos de nuevo a cocer. Cuando estén cocidos los dejaremos todos enfriar sobre la rejilla o panera.
Estos bollos resultan deliciosos para la merienda.